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El Principio

La alegría de ayer

La alegría de ayer

El domingo fue el preludio del lunes y martes, aunque no recuerdo si llovió. Aquí estoy para darte señales de existencia, no de vida.

Le he comprado una tapa al pozo que me regalaron. En su boca se ha sentado el miedo y desde allí me miran. Tendré que decidir si le adorno con la tapa, si me dejo seducir por la oscuridad de su garganta o si le echo tierra para perder su rastro. Creo que la decisión se postergará algo más.

Me han preguntado si soy escritora profesional. Cómo te quedas? Después de la pregunta, mi ego se fue de farra y me hubiera gustado irme con él. Otros asuntos me retienen aquí.

Hoy es un día de cruzadas, empecé con una en la que, muy posiblemente, no tenga que meterme aunque crea en ella. Mucho me temo que saldré escaldada de ella. La otra ha sido una injusticia que he presenciado y no he podido callarme. Después de serenarme y recapacitar, he soltado ... sin mirar. Me la he jugado y no ha salido mal. 

Gracias por respetar mi silencio.

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