El sonido de tu corazón
Hoy necesito tu pecho.
Como cuando estábamos en la terraza de aquel piso, estrecha y larga. Te daba la vida aquella tumbona, ver el cielo entre los edificios y tenernos cerca.
Me sentabas en tu regazo y me obligabas a apoyar la cabeza en tu pecho, para que me calmara. Me prometías un caballo para cuando creciera y pudiera hacerme responsable de él. Conseguías que volviera a saltar, contenta. Y vuelta a calmarme. Ahora necesito el sonido de tu corazón.
Aunque no estás lo consigues, todo pasa y todo llega.
Un instante, sólo eso, para volver a cargar las pilas y comenzar otra nueva lucha.
Cae la tarde y el sol se lleva el mal rato. Ahora marcho a cerrar los ojos, por hoy ya es bastante. Mañana los necesito con el brillo habitual... será otro día.
He llegado a escuchar tus latidos, me voy más calmada.
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