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El Principio

Una ilusión

Una ilusión

El juego que me propone es que intente transmitirle a través de gestos lo que me vaya pidiendo.

- Tu estado de ánimo en éste instante.

Y sin pensarlo, cierro mi puño derecho y lo abro, al ritmo de un latido lento.

- Una ilusión.

Y señalo la ventana, todo aquello que acabamos de dejar.

- Un sueño.

Otra vez con mi mano trazo una línea recta y señalo mi cabeza.

No me deja hablar y yo tengo curiosidad por saber qué habrá entendido. ¿Quién es Mikel?

Le toca contarme como está a través de ademanes. En un ataque de originalidad le pregunto exactamente lo mismo.

Estado anímico de este momento y levanta el pulgar. Su ilusión y dirige su mano hacia el corazón y para su sueño me señala a la vez que sonríe y encoge los hombros. Nos reímos con ganas, este último gesto no lo esperaba.

Me pregunta por lo que he entendido. Le digo que su estado de ánimo, AHORA es bueno. Su ilusión es recomponer su corazón y su sueño sería entender a las mujeres. Asiente y sonríe.

Le pregunto lo mismo y dice:

- Tu ánimo, tu ilusión y tu sueño, los estás dejando en esta ciudad que sobrevolamos, pidiéndole tranquilidad y latidos. No creas que le pidas tanto. Es capaz de darte eso y más. Lo único que deberías tener en cuenta es que todo lo que pidas, debes entregarlo en la misma mesura. La esperanza no te la da la ciudad sino tu misma, la orquesta la diriges tú. Cree en lo que haces y disfruta de cada suspiro que sale de ti. Aprovecha la altura en la que nos encontramos y deja aquí esos miedos que tanto te sobran. E intenta que tu ciudad te vea bonita cuando llegues.

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