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El Principio

Un estado anímico

Un estado anímico

El gris por sombrero y el verde por envoltura. Desde aquí estás muy pequeña, sólo ocupas un palmo de mi mano.

Te he rozado con mimo al querer ver lo que ocupas. Es entonces cuando ha querido saltar una lágrima fruto del miedo y he conseguido pararla a tiempo.

No me cierres tu mano, ya te echo de menos, en un rato vengo. Resérvame un latido, yo te guardo en mi esperanza.

- "La trobaras a faltar" dice mi vecino de 600 kilómetros.

Le miro sorprendida para comprender que ha entendido todo, en un parpadeo parece ser que digo sin decir.

Me cuenta que me ha estado observando, hasta ha llegado a ver la lágrima que he querido borrar. Está seguro que tendré una historia conmovedora, como la de muchos.

Mikel también tiene una detrás de esos ojos grandes. Desde el primer momento sé que hablaremos mucho, desde el corazón. El que abres a un desconocido con la tranquilidad que da el saber que no volverás a verle.

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