Sueño de lluvia
Entre cafés, distancia, recuerdos, teclas, voces al otro lado y algún sentimiento velado por nuestras carcajadas, vuelves a mí.
No nos olvidamos el uno del otro, un caballero de larga melena y una dama con ausente caminar.
Hoy has decidido entrar de nuevo y bien sabes que te espero. Por encima de cualquier adjetivo somos amigos, ayer, hoy y siempre.
Conoces las palabras de mi cuerpo, he intentado resumirte las de mi mente. Quieres más.
Conozco el aliento de tu ser y el decorado de tu vida. Eres capaz de dar a manos llenas y romper tu latido. Quiero más.
Este extraño nexo que nos une desde hace ya 22 años, por alguna fuerza desconocida ha de significar algo.
Eres cristalino y ese es mi temor. Te quiero y me quieres. Nos sabemos cada vez en menor distancia y con esa cautela que requiere tu momento y el mío.
Caminemos sin ausencias desde nuestro mediterráneo diluido en clara voz. Ni prisas ni demoras, ni overbooking ni asientos vacíos, ni delante ni detrás, a la par.
En mi terraza la luna despunta, irremediablemente una y otra vez. Me provoca para que salga a mirarte.
Duerme y no te apresures. No detengamos el impulso de los sueños de lluvia.
0 comentarios