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El Principio

Hay días

Hay días

Hay días en los que siento la necesidad de llorar sin un porqué. Ahondando en el momento vivido y dejándome llevar sin más. Lágrimas indoloras de vistazos rápidos en cualquier reflejo con una sonrisa batiente por respuesta.

Hay días en los que no vuelvo a casa, me quedo con quien he estado. Intentando aprender más, sacando hasta la última gota que colma mi soledad. Confundiendo mi entendimiento. Entendiendo mi confusión.

Hay días en los que siento la necesidad de llorar sin un porqué. Ahondando en el momento vivido y dejándome llevar sin más. Lágrimas indoloras de vistazos rápidos en cualquier reflejo con una sonrisa batiente por respuesta.

Hay días en los que no vuelvo a casa, me quedo con quien he estado. Intentando aprender más, succionando la última gota que colma mi soledad. Confundiendo mi entendimiento. Entendiendo mi confusión.

Hay días en los que las palabras salen a borbotones sin mirar ni cómo, ni porqué. Dudas estúpidas sin previa reflexión. Dudas que producen chispas en el estómago para acabar bailando delante de una hoguera en pleno cerebro.

Hay días en los que la vida aprieta con la tranquilidad que le permito y me encuentro con luces desconocidas en el camino. Todo tiene un porqué y aunque tengo delante la respuesta, no soy capaz de verla.

Hay días en los que es mejor dejar paso al silencio de mi latido. Una tecla de piano sostenida entre las paredes de mi eco. Una lágrima bañada en un abrazo no dado. Una palabra clavada en pleno corazón hambriento de autoestima.

Hay días en los que necesito robarle respiros al ahogo de esta sala de pasos perdidos. Hay días en los que el dolor no duele, se anestesia con cercanía y batallas sin coraza.

Vendrán días... pero esa... es otra historia.

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