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El Principio

En otra vida, en otro mundo... a tu lado.

 

Días confiados, pasajeros de largas estaciones, vuelven las horas inexplicablemente eternas. Días arraigados, donde los recuerdos se difuminan perdidos entre las luces de colores que engalanan las calles.

Del cielo caen las noches de tregua en un amor soñado inextinguible. Noches sin tregua para los pensamientos perdidos en las, por ahora, noches más oscuras.

Sintiendo el dolor a cada latido del corazón cuando resuena, en lo más profundo de ti misma, el juramento eterno de aquel día caluroso. Compromiso que eriza tu piel morena hasta hacerte sentir traicionada por las palabras dichas. Discurso maduro que colma todas las atenciones de tus pensamientos más íntimos. Buscando una respuesta o quizás una pregunta o, incluso, puede que busques un motivo. Sorpresa de sentencias ajenas dónde indagar los fundamentos de esta desdicha...

Ahora, la oscuridad de la noche te deja como prenda un mar de cometas en tus ojos. Y buscas dispuesta, en el silencio de la soledad, aquella mirada que un día te habló. Aquella mirada que fue amasando tu calma perpetua...

La palpitante nostalgia de estos instantes la sientes arañar a tu son. Los sueños que un día fueron azucarados y ahora, de pronto, han acontecido aguados. La cometa que un día te acariciaba con suavidad ahora la sientes volar dentro tu piel, como una aguja que va descosiendo todo aquello que fue tejido durante tanto tiempo.

No sientas ahogarte en el calor de tu corazón. No quieras reavivar las brasas que ahora queman. No hurgues en el revés, no lo abras para hacerlo decadente, no vivas en esta nube oscura, eternamente...

Aunque creas la voz perdida cuando lo que quieres es gritar. Aunque el mundo se desdibuje cuando lo que quieres es ver claro. Aunque te sientas lejana cuando lo que quieres es tocar. Aunque la incertidumbre te paralice cuando lo que quieres es correr. Aunque la desdicha te encuentre cuando lo que quieres es buscar la suerte. Aunque...

Aunque te sientas perdida en medio de este nuevo camino cuando lo que quieres es ser rescatada. Es entonces cuando debes creer que no estás sola. Es entonces cuando debes creer en las manos amigas que te guarecerán.

Y no acates las palabras voladizas porque el viento sopla fuerte y se las puede llevar mar adentro. Y no sientas desmayar el respiro cuando por la tarde queme el recuerdo de las voces sentidas porque conciso llegará el olvido...

Como el labrador que labra el campo, sigue el hilo de tu surco y tras cualquier golpe de azada encontrarás una terrosa fruta escondida. Fruta que ha madurado con el tiempo y lleva grabado alguna textura diferente. La textura de aquellas personas que han hecho, hacen y harán el largo camino contigo, cogidas de la mano...

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