Si fueses tú...
Los nervios me hacen dudar si este es el lugar donde habíamos quedado, a la vez, me han vestido de gala la sonrisa, hoy tiene ganas de lucir la realidad que vivo.
Desde mi imaginación te veo entrar despistado, disimulando el retraso que te empuja.
Y aquí estás… Estamos viviendo el momento soñado. Tú en la otra vía y yo sin atreverme a mirarte.
Decidí no llevar reloj, evitando así las miradas indiscretas de los silencios incómodos. Innecesario, hemos sabido acallar el silencio.
Y aquí estás.
Respiro buscando alivio y tus ojos me lo proporcionan. El saludo es tranquilo, animado, alentador. Nos sentimos bien el uno con el otro, lo transmitimos sin más.
Dejamos nuestro banco atrás, junto a una sombra perenne de unas manos abrazadas entre sueños.
Caminamos sin rumbo, enfrentamos la mirada al sol y cae. Deja paso a la luna que besa en los labios al mar.
Y aquí estás, aquí estamos. Si los sueños se viven, la realidad es posible cambiarla.
Son las doce y el hechizo se rompió. Mi confianza es tu triunfo, tu felicidad es mi cobijo.
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