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El Principio

La cuadratura de once círculos

La cuadratura de once círculos

Todo necesita de un tiempo para colocarse en el lugar debido. La alegría, la ilusión, el empeño, la dedicación, un enfado, un disgusto, una mala racha. Todo tiene su espacio y como no lo pide, se hace su hueco poco a poco sin que nos demos cuenta.

Más de 130 lunas para que una ilusión deshecha se convierta en una luz al final de un túnel. Muchos días para llegar a hoy y poder comprobar que los deseos se van consiguiendo. Los ingredientes son una mezcla de paciencia y ninguna prisa. Dejarse invadir por aquello a lo que se teme. El miedo no inmoviliza al haber siempre una esperanza, el peligro radica en el desinterés y, por ahora, no ha sido convocado.

Once círculos en los que la vida ha dado bandazos. Desde una felicidad rayando la incredulidad, hasta una tranquilidad inesperada, paciente, divina.

Once círculos en los que han entrado y salido muchas personas. Algunas siguen ahí, comprendiendo, respetando o incluso discutiendo, si es lo que toca, para llegar a un entente y continuar con la vida. De los que ya no están, guardo sus recuerdos conmigo y algún objeto. Son parte de mi vida y así quiero que siga siendo.

Once círculos que comenzaron una clara y fría mañana de Marzo que comenzó a cien kilómetros con un plástico incordiando en una rueda, la música muy alta jugando con el aire que entraba por la ventana, una visión espectacularmente militarizada en una gasolinera y una llamada desde otra, una llegada a destino por unos carriles demasiado estrechos y un giro a la izquierda. Todos los ingredientes bien mezclados tienen un significado llamado pasado.

Aunque ha costado esfuerzo, he vuelto a llegar y si el mar me cumple, aquí seguiré.

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