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El Principio

En los pliegues de tu pantalón

En los pliegues de tu pantalón

Imposible responder un sí a tu pregunta. Removiste demasiadas cosas adormecidas con tu actitud.

Creo recordar que en alguna ocasión te dije mago, posiblemente mago de la palabra. Todo está demasiado lejano en el recuerdo de ayer.

Jugaste al desgaste, indagaste de la manera más natural e inocente, supiste llegar, desplegaste tus alas, actuaste y otra huida. Porque eso es lo que haces, huir del  teatro que fabricas alrededor de tu propia farsa.

Es posible que regalaras alguna pincelada de realidad, aunque sabías que las ganas pasarían por encima de esos pequeños detalles. El cebo estaba colocado en un lugar estratégico.

Un nuevo intento de comprensión. Sigue sobrevolando la sensación de presa y tus paseos ocasionales, para mantener el interés activo, lo van atestiguando.

Te equivocaste el día que comenzaste a purgar por aquello por lo que pasaste, te confundiste en el fondo y, sobre todo, en la forma. Será el tiempo el que te lo cuente. Si algo llegas a conseguir no serás consciente. ¿Dónde reside el placer de todo ello? Tu estrategia se esconde en los pliegues de tu pantalón y ni siquiera puedes llevarlo a gala.

Sigo sin poder contestar afirmativamente a tu pregunta. Has dejado un poso y no es el que tú ideaste. Todo este embrollo ha dado paso a valiosos momentos de reflexión. Un regusto de decepción me sigue recorriendo y tus apariciones hacen saltar al despecho que tanto cuesta dominar.

Eres un farsante en tu propia comedia, el tiempo ha destapado tu juego y contra mi paciencia poco tienes que hacer. Si quieres atención a pildorazos, ahí te va. Juguemos, los dramas vestidos de comedia son mi delirio.

No, no estoy cansada. Como el estado de ánimo: unos días arriba, otros abajo y la mayor parte de los días en una línea recta. Equilibrándome en la línea de hoy.

La última vez llegué con la torre roja bañada en bruma y me marché cuando se apagó. Desde entonces no la he buscado, no la he visto y tampoco la echo en falta.

Otro día, si quieres, vuelves a preguntarme, farsante.

Cuando tengas un rato, mueve pieza.

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