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El Principio

A día de hoy...

A día de hoy...

En las profundidades de mi ser, yacen los vestigios del dolor pasado, cicatrices del alma que han dejado una marca indeleble en mi existencia. Son recuerdos que se aferran a mí como sombras persistentes, recordándome los tiempos en los que la confianza era un bien incomprendido y la tranquilidad, un sueño lejano.

Han pasado muchos años desde aquellos días oscuros, días en los que cada paso hacia adelante parecía estar entrelazado con el peso de un pasado doloroso. La desconfianza se arraigó en mi corazón como una maleza obstinada, alimentada por las decepciones y las heridas que el tiempo parecía no poder sanar.

Sin embargo, a medida que los años han ido transcurriendo, he aprendido a vivir de nuevo. No ha sido un camino fácil, lejos de eso. Ha requerido valentía enfrentar los demonios que yacían en las profundidades de mi ser, confrontar los miedos que amenazaban con paralizarme. Ha significado desafiar la voz interior que susurra palabras de desconfianza y autodestrucción.

Poco a poco, he empezado a reconstruir mi mundo interior. He aprendido a confiar de nuevo, aunque sea de manera cautelosa. He descubierto que la tranquilidad no es un estado permanente, sino un delicado equilibrio que requiere atención constante y cuidado. He aprendido a aceptar que el dolor forma parte de la vida, aunque no tiene que definirla.

Hoy, mientras miro hacia atrás en el camino que he recorrido, puedo ver cómo las sombras del pasado se desvanecen lentamente en la luz del presente. Aún existe la desconfianza y algo de dolor, sí, sin embargo ya no dicta mis acciones ni envenena mis relaciones. Vivo con una tranquilidad que antes creía inalcanzable, una tranquilidad que he ganado con cada lágrima derramada y cada batalla librada.

Quizás el dolor pasado nunca desaparezca por completo, pero ahora sé que no tengo que dejar que me consuma. He aprendido a llevarlo con gracia, como una parte más de mi historia, pero no como el único capítulo. Y en esta etapa de mi vida, puedo decir con certeza que estoy en paz conmigo misma y con el mundo que me rodea.

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