Estamos en obras
He de hacerlo, sacar fuerza y contarte. Ya ves, no hago caso a tu insistencia cuando se trata de mí, ya me conoces. Tanto pensar no es bueno y el camino se me estrecha.
De acuerdo, he aprendido que no puedo elegir como me siento... aunque siempre puedo hacer algo para cambiarlo. Apoyarme, dejarme caer, pensar menos y actuar más, dejar que pase la vida y ya veremos.
Un fin de semana en soledad, contenida por la grata compañía. Sincera, con el corazón de par en par y latiendo. Y cómo late, amigo!
Envuelta por multitudes. Mi visión? Almas implorando una sonrisa, cada uno con su escudo, sus alegrías, miserias y anhelos. Con ganas de dejar la soledad atrás... por un día. Sólo ese día.
Mi alma, la que sonríe a veces y busca calor, se marchó por momentos. Se iba y la cogía al vuelo. Los recuerdos se amontonaron y su peso casi llega a desestabilizar el sistema. Pudimos sujetarlo, no hice el trabajo yo sola. Esa brisa que me acompaña últimamente tiene fuerza, tanta como para levantarme hasta el alma. Pero no me engaño, éste vaivén va dentro, aún me quedan muchas fichas para la montaña rusa. Es cuestión de ir gastándolas, a ver si veo el fondo del bolsillo.
Su tranquilidad es mi angustia. No debería vivir el futuro. El presente es hoy, ahora. Y vivo de pasado y futuro. De la llamada de ayer, vital para respirar. Del mensaje de anoche, una puerta más. Del mensaje en el contestador, qué mala es la conciencia. Me dijo que después de 4 meses no se había olvidado de mí, qué poca vergüenza. De los mensajes cifrados, tantas personas participando y sólo dos ahondando en la nueva puerta de mi corazón. Más mensajes, coño! No estoy sola. De las huidas hacia delante. Desaparezco, me voy, déjame y olvídame. De la fortaleza y el vigor de mi familia lejana en kilómetros, pero sentada aquí, a mi lado. De mi nueva familia, vente a cenar ahora mismo y no quiero réplicas. Y del futuro, hablaremos mañana. Por hoy ya te has llevado las fuerzas que me quedaban. Nunca pensé que desnudarse fuera tan costoso.
Conclusiones? Por ahora no hay, sabes que duro poco tiempo en el valle de la ola. A mi brisa le digo, que remontamos, que no hay de qué preocuparse. Esto es un círculo que rompo para reinventarme.
1 comentario
Susanna -
Que difícil resulta aplicar-nos allò que veiem tan clar en els altres. Però per això està el vent, ja sigui brisa o vendaval, a refrescar-te el cap, el cor i el somriure i a donar-te el suport que calgui perquè certament t'estiguis poc temps a la vall de l'onada.