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El Principio

Cavilando

Cavilando

Aunque sienta la vida partida...

Busco aire sin hacer nada. La luz existente, la recibo con los ojos cerrados. Me hago libre en la cárcel que vivo. Escapo y soy consciente.

Nada espero, aquella senda acabó. Ahora soy canción y sueño. Mientras, oigo el silencio dando zarpazos.

Volveré a aprender lo inevitable -el nombre de cada cosa- de aquel que tenga una alegre selva y unas manos misteriosamente serenas. Necesitaré perder el inútil tiempo.

Aprenderé a tirar del freno de la existencia. Recogeré y guardaré los sueños de estas noches frías. Aprenderé a sumar lo razonable a lo eventual. A resistir lo irresistible... el brillo de tus ojos.

Frases robadas a mis paseos matutinos por un almacén destartalado. Pulidas en un blanco de pantalla que es mi cabeza.

Necesito nuevos recuerdos y queda mucho por hacer.

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