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El Principio

Desierto y mar

Desierto y mar

Ha sido tu sonrisa en la voz, tu forma de ser lo que me atrapó en tu inspiración.

Por escucharme al hablar, por intentar perdonar, por tu forma transparente de amar y por tanto que no debo explicar.

Seguiremos caminando desde la larga travesía de mi desierto hasta que el sol pierda sus días y el mar no tenga más olas.

De mi eternidad nunca querrás marchar, venciendo el tiempo y entre los dos, no habrá final.

Le das la brisa al dolor, paciencia al amor, experiencia a cada nuevo temor y a lo imposible la solución.

Tus noches hablan de mí, por lo que te dice dudar. Mi alma aprenderá a vivir y tú volverás a respirar por tratarse de ti.

Vuelve a tu montaña yo me quedo en mi duna. Fue bonito caminar, sólo eso nos dejaron amar.

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