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El Principio

Calendario vital

Calendario vital

 

Me levanto cada día pensando en que todo el mundo está a mis pies y puedo controlarlo todo. Tengo todo el día para hacer las cosas, tengo todo el tiempo del mundo. Pero el tiempo pasa y pasa, y sin darme cuenta ya es de noche.

Ya sale la luna con las estrellas brillando desde su cuello para indicarme que ya ha pasado otro día, que ya puedo ir descontando el día a mi calendario vital, y llegado a este punto sólo me puedo preguntar, ¿qué estoy haciendo? ¿Cómo me puedo molestar, o incluso pararme a pensar en tonterías que no tienen sentido? Cosas que sólo me hacen perder el tiempo, porque éste se me adelanta y soy yo la que se queda atrás.

No me siento sola ni perdida aunque miro el reloj, veo las agujas moverse y estoy parada. Ya no veo el pasado, éste es borroso, oscurecido. Ya no veo ningún recuerdo, todo queda en un pasado tan oscuro que da miedo.

Sólo queda ayudar al movimiento de las agujas, ir andando por el túnel hasta llegar a una luz que parece lejana y efímera. Andar por el paso del tiempo hasta llegar...

Miro a cada lado y donde antes no veía nada, ahora veo edificios, ideas, ganas. Sin atención  hasta puedo ver personas. Parece que me gritan, que están hablándome pero no las puedo oír, ya no. Y cuanto más me concentro, menos personas veo, sólo aquellas que parecen ser fuertes, aquellas que echan adelante pase lo que pase, y les da igual que el tiempo no les espere porque ellos tampoco esperan.

¿Cómo podemos estancarnos tanto en minucias, como nos podemos herir tanto los unos a los otros, cómo podemos tener una mente tan perversa...?

 

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