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El Principio

Cuando el olvido te encuentra

Cuando el olvido te encuentra

El traqueteo del metro mecía sus pensamientos. Tengo ocho paradas, aún queda un rato. ¡Qué cómodos van algunos! ¿Tanto costará cerrar las piernas? Así cabríamos todos mejor.

La vida había decidido ponerle una  prueba más y estaba decidida a superarla. Era la única posibilidad y, una vez más, ella saldría adelante.

Últimamente va rodeada de jaleo y de la mano del cansancio, demasiado apretar los dientes. Aunque… ¿cuánto es demasiado?

Y allí estaba él, sentado a su lado, y ella sin darse cuenta.  Fue su voz lo que le despertó del ensimismamiento del tren.

Él preguntó a una mujer el nombre del bebé que llevaba en brazos. Esa voz fue la que desempolvó imágenes que creía olvidadas.

Detenidamente fue observándole, sin querer llamar su atención. No se atrevía. ¡Cómo ha pasado el tiempo! Qué mayor se te ve. Tus manos son iguales a aquellas que el olvido se llevó. ¿Te digo algo? ¿Y si no me recuerdas? Tú vivías en otra zona de la ciudad. Habrás vuelto a cambiar… ¿Cómo te irá la vida? ¿Eres feliz? ¿Te habrán dejado enamorarte?

Una eternidad de preguntas, una tormenta de silencios y la indecisión se llevaron el poco tiempo del que disponía.

Ella llegó a su parada y bajó del metro con la única certeza de haber hecho lo correcto. Él se fue con todas las respuestas, lo único que dejó fueron recuerdos que el tiempo se ocuparía de volver a guardar.

Disculpa esa mirada insistente, entre tu olvido y mi recuerdo, todo se empeñó en volver.

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