Blogia
El Principio

Una noche en blanco

Una noche en blanco

Otra noche sin Morfeo, una vez más olvidó nuestra cita. Tenía frío por fuera y por dentro, me escondí bajo las mantas y pasó de largo, ¿ayer no habíamos quedado? o es que me escondí tan bien que no me vió. Pensar sin decidir, porque no tengo yo las llaves. Divagar entre las ideas, saltando de una a otra. Pasear entre las preguntas, todas ellas sin respuesta.

Las teorías son prácticas de otras vidas, una sinrazón, una realidad. Toma lo que te regale la vida, lo que más te guste y hazlo tuyo. El resto se escapará como agua entre los dedos. Una vuelta más de rosca.

El día se ha levantado aireado y nítido de nubes. Yo, que disfruto tanto con las alegorías, debería sacarle un sentido, a poder ser positivo. Camino perdida en la inmensidad de un minuto. Ese maldito minuto que tanto daño me hace, que me arranca un torrente de lágrimas que están muy bien escondidas, cada día más adentro. Esas que arrollan a su paso, sin previo aviso, durante el crepúsculo que decido echar un vistazo, para ver si siguen ahí. Esas que parecen no agotarse nunca. Debería ser menos curiosa.

Estoy sorprendida de todo lo que he cambiado. Estoy convencida de que lo malo no lo merezco, aunque es un aprendizaje diario. Ahora sólo me falta saber si mereceré el premio del cambio. Otro día hablaremos del miedo. Si le estoy viendo acercarse, algo va bien. Es un contrasentido, ya lo sé.

Todo aquello que construyo durante días, lo derribo en un segundo, todo... por una noche en blanco.

0 comentarios