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El Principio

Amanece, que no es poco

Amanece, que no es poco

Te miro con genuinos ojos, como quien observa una puesta de sol y sin entender nada, le llega el sentido de golpe. Desde la primera nube hasta el último rayo. Y soy consciente en cada acto, de la finalidad de mis intenciones.

Espero que no sigas sentado, inmóvil, a la espera de encontrar algún camino diferente, porque tú eres camino.

Tú aún no lo sabes pero algún día te enamorarás y yo lo sabré tarde. Espero que nos encontremos entre mis cartas pasadas y tus recuerdos. Entre sonidos que hablen del desamor, de las nostalgias, de los sufrimientos de dos personas que jamás se llegaron a conocer por dentro.

Y cuando llegue el desuso, cuando de tanto doler ya no duela más. Te conformarás con un cuerpo cualquiera, con cualquier mente, con besos vacíos. Y en ese momento sabrás lo que habría dado yo por guardarte entre mis pasos.

Querido extraño. Sabré encontrarte cuando ya no pienses, cuando ya no busques. Mucho más allá del espacio tiempo. Quizá mañana, cuando sanen las heridas que nos hicieron ayer.

Hay días que amanece hasta para ti, no seas el ciego en este mundo de sordos.

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