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El Principio

Batallas

Batallas

Cuando eran pequeños y su madre se enfadaba con él y sus hermanos porque dejaban el cuarto más allá de una leonera, decía que vivían como evacuados. Él no sabía muy bien de que iba aquello de vivir como evacuados y no le sonaba nada bien.

Con los años supo que en casa de su madre, vaya… de sus abuelos, durante la guerra civil española se habían refugiado familias enteras llegadas desde zonas suburbiales al centro de la capital huyendo de la pobreza, del hambre y los bombardeos.

En la mirada de su madre, niña de fin de guerra y de posguerra, aquellos pobres desvalidos eran la imagen del desconcierto. Y es que caos, desamparo, derrota, sufrimiento y muerte es lo que llevan aparejados los enfrentamientos bélicos.

La historia de la humanidad es la historia de las guerras. Estudiar historia es estudiar las batallas, estudiar la arquitectura de las ciudades es ordenarlas por derrotas y reconstrucciones. Y la historia de la literatura comienza con la batalla de las batallas en La Ilíada.

Muchas generaciones han crecido jugando con arcos, pistolas y tirachinas. Madelman y Geypermanes bien armados. Jalearon al Capitán Custer, Errol Flynn en su cruzada contra los indios. Silbaron al son de la reconstrucción del puente sobre el río Kwai. Alentaron a los romanos en su lucha contra el bárbaro e incluso llevaron la guerra a las galaxias. 

El caso es pelearse.

En la actualidad dicen que hay cerca de 30 conflictos armados en el mundo. Mal asunto éste de los humanos de andar todo el día, siglo a siglo, guerreando.

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